Dame un bolígrafo y un papel y te enseñaré a soñar. Antes de que aprendas a soñar debes cerrar los ojos y imaginar un mundo nuevo, solo para ti y para mi..

viernes, 10 de diciembre de 2010

La chica del banco..

Sí, es ella. Aquella chica del banco. Dicen que es especial y que su sonrisa también. Todas las mañanas se sienta y escucha música, alejada de todo aquello que le rodea. Sé que le encanta. Me han contado que también le gusta saltar en los charcos descalza cuando llueve, como cuando era pequeña. Una de las cosas que más le gusta es recordar todas las risas que de pequeña disfrutó. Volvería a la infancia una y mil veces. Le encanta romper los silencios con frases absurdas en clase, quebrar ese hielo, reírse de lo que ella misma dice. Poner el despertador diez minutos antes de levantarse para quedarse acurrucada entre las sábanas, saboreando el placer de estar en la cama despierta es una de las cosas más placenteras que hace. Sé que también le gusta acariciar a su prima pequeña mientras ella duerme, porque le parece el momento más tierno para hacerlo. Le entusiasma ir a casa de su abuela cada pocos días y contarle todos sus secretos, sabe que ella jamás los revelará. Confía más en su abuela que en ella misma. Enloquece cada mañana en ver a sus incondicionables amigas, saber que puede abrazarlas y confiarles lo que sea... no tiene precio. Los fines de semana nada más levantarse le chifla ponerse a leer, son manías que tiene, como las personas mayores. Puede estar horas acostada en la cama, perdiendo la noción del tiempo y leyendo hasta enloquecer. La colonia de bebés y el césped recién cortado son sus olores favoritos. Es más, cada noche, antes de dormirse pone un poco de perfume en la almohada para poder conciliar el sueño con un olor dulce, para soñar cosas tiernas. Ir a la playa y dejar que la marea suba y le entierre los pies, le maravilla. Cuando puede, va a la costa y escucha el rumor de las olas e intenta oir lo que le dicen. Es una empedernida de los momentos tiernos de la vida, le encantan las películas románticas norteamericanas y que le hagan callar con un beso. Es una soñadora, sin duda. Lo mejor de todo esto, ¿sabes qué es? Que soy yo la chica del banco.

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