Dame un bolígrafo y un papel y te enseñaré a soñar. Antes de que aprendas a soñar debes cerrar los ojos y imaginar un mundo nuevo, solo para ti y para mi..

sábado, 18 de diciembre de 2010

Recuerdos.

A veces todavía le abordan los recuerdos. Cierra los ojos y se deja llevar por ellos, dejando derramar alguna lágrima que se funde con una sonrisa que no consigue evitar cuando piensa en cada uno de los buenos momentos. Mientras le inunda la oscuridad, los sentimientos juegan con ella haciéndose dueños de sus expresiones. Coge un trozo de papel, que atrae a más recuerdos, no sabe por qué lo hace, qué le lleva a hacerlo, sabe que eso no le ayudará a nada, pero lo lee, lo mira, lo cierra y lo abre de nuevo, hasta aprenderse de memoria lo que pone en él. Las lágrimas se hacen las dueñas de su rostro. Vuelve a cerrar los ojos. Las imágenes abordan su mente como un barco pirata que sólo quiere hacerse con ella; ve de nuevo las imágenes, como recién vividas, a pesar de que haga tanto tiempo. Le echa de menos. No sabe porque pero lo hace, le echa de menos después de tanto. Creía haber aprendido, pero se da cuenta que no es así, echa de menos los abrazos que un día le dio. Aquellas palabras y sobrenombres que un día utilizaron para llamarse. Aquellos momentos que como los mejores amigos pasaron. Aquellos días junto a él en los que no hacía más que reír. Sabe por qué ya no es así, lo sabe de sobra, no se arrepiente, pero echa de menos como era antes. Sólo quiere retroceder el tiempo y volver a aquellos abrazos, mientras que con los ojos cerrados sus lágrimas llegan hasta el suelo precedidos de una sonrisa que se borra cada segundo que pasa y se vuelve a dibujar.

No hay comentarios: