Dame un bolígrafo y un papel y te enseñaré a soñar. Antes de que aprendas a soñar debes cerrar los ojos y imaginar un mundo nuevo, solo para ti y para mi..

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Con la cabeza fría mientras el corazón arde.





Aún tengo días que se me clavan en el costado, y no puedo hacer más que llorar en cualquier esquina. Tengo días tristes, muy tristes, en los que la ausencia aparece después de la cena y me atrapa por dentro. Y no hay manera de hacerla desaparecer. Sólo me calma un abrazo, y a veces, los abrazos están lejos. Hay días en los que no entiendo absolutamente nada de lo que pasa a mi alrededor, que rompería todos los relojes, el orden establecido y me iría a vivir a cualquier pueblo apartado. Con un gato, una mecedora y un montón de libros para sobrevivir. Desde luego, este no es mi planeta. Sólo me queda refugiarme en el último vagón de tren, bajo las sábanas, en cualquier atardecer, buscando un poco de paz. Buscando un motivo. Cuando era pequeña, me refugiaba en unos brazos y un bigote que me daban fuerzas para seguir, con un susurro: eres la mejor. Y me convertía en una heroína que sobrevolaba los tejados y era capaz de cualquier cosa. Ahora me hago pequeña, muy pequeña, y mientras friego los platos dos lágrimas resbalan y se pierden entre el jabón. En esta casa silenciosa, donde el tiempo no pasa y no hay más que nostalgia de la que se clava en el costado.

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